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El flujo migratorio irlandés más importante se dio entre 1845 y 1851. La población de Irlanda, empobrecida y oprimida por el dominio británico, experimentó grandes hambrunas como consecuencia de reiterados fracasos en las cosechas de papa, el principal sostén alimentario del país. Esa situación impulsó la emigración de aproximadamente dos millones de personas. La Argentina fue el país de habla no inglesa que más irlandeses recibió.
Se estima que para 1869 había 5.246 irlandeses radicados en la Provincia de Buenos Aires y que, en el transcurso de todo el siglo XIX, llegaron alrededor de 20 mil. En la actualidad viven en la Argentina unos 150.000 descendientes de irlandeses.
San Patricio, patrono de los irlandeses y sus descendientes, no era irlandés. Fue un misionero católico y predicador nacido en Escocia a finales del siglo IV, que llegó a Irlanda luego de escapar de la esclavitud y allí fue donde inició su recorrido religioso. La tradición cuenta que utilizó el Shamrock, famoso trébol de tres hojas, para explicar la Santísima Trinidad: Padre, hijo y espíritu santo, y se convirtió así en uno de los símbolos de la iglesia católica irlandesa.