Diputados entregaron la distinción a la pieza que se gestó durante la pandemia.

La obra teatral 'No tengo tiempo', declarada de Interés Cultural


 

La Legislatura de la Ciudad distinguió como de Interés Cultural a la obra teatral “No tengo tiempo” para la promoción y defensa de los derechos de las mujeres y diversidades. 

La distinción se llevó a cabo en el Salón Presidente Perón y fue impulsada por el legislador Claudio Américo Ferreño (FdT). También se hicieron presentes las legisladoras integrantes del mismo bloque Lucía Maia Daer y Laura Velasco; la socióloga y autora de la obra María Pía López, la diputada mandato cumplido y Ciudadana Ilustre Dora Barrancos y la actual directora ejecutiva del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (DDHH) Fernanda Gil Lozano.

Previo a la entrega de la declaración de interés, se presentó un panel para pensar y reflexionar sobre las discusiones que se trazan en la obra. Allí la legisladora Velasco afirmó: “los DDHH hoy se actualizan como derechos sociales y de género". En el contexto actual, agregó que “la justicia social también es justicia sexual”.

Por su parte, Barrancos destacó que “es maravilloso que la Legislatura se comprometa con temas tan importantes como éste ” y que son iniciativas para que el mundo “no se barbarice”. 

En tanto, Gil Lozano criticó el contexto histórico del rol de la mujer. Mientras que Pía López resaltó la obra como una puesta “incómoda que irrumpe contra toda idea moral”. Y concluyó: “el teatro no tiene por qué ser cómodo, moral ni ejemplar”.

"No tengo tiempo" es una obra escrita por María Pía López, basada en una novela homónima editada en 2010. La puesta teatral es dirigida por Cintia Miraglia y cuenta con la actuación de Carolina Guevara y Leticia Torres. En ella se trata el paso del tiempo y su carácter amenazante. Mujeres que se desvelan por ese paso cotidiano y existencial, por el cuerpo que envejece, los años que pasan y los hijos que no llegan. 

El tiempo pasa y en cada momento hay coerciones y mandatos sobre cómo se debe vivir, como la permanencia de la juventud, la fertilidad, una corporalidad deseable, la enfermedad y la vejez, entre otros. La obra trata crítica y humorísticamente esos mandatos, pero también los modos en que son vividos y asumidos como deseos propios o disparadores de una lógica de consumo y apropiación cultural.

 
DGPrensa
Compartí: