Mini repo al legislador Agustín Forchieri
Le tocó estar al frente de la Legislatura en uno de los momentos más difíciles para todo el planeta, la pandemia Covid-19. Aún así consiguió readaptar rápidamente la forma de funcionamiento y que la actividad parlamentaria pudiera seguir a buen ritmo.
Hoy todos tenemos un poco más de claridad respecto a la situación sanitaria pero hace 2 años todo era de una gran incertidumbre. ¿Cómo manejó la situación? ¿Cuales fueron las primeras medidas que se tomaron para que todo tuviera una especie de normalidad?
La pandemia nos sorprendió a todos, es cierto, pero no podíamos paralizarnos frente a la magnitud del desafío que esa nueva realidad nos planteaba. Por eso lo primero que hicimos fue reunirnos con la vicepresidente segunda María Rosa Muiños y el vicepresidente tercero Roy Cortina y plantear una serie de medidas que fueron luego conversadas y consensuadas con todas las fuerzas. De esa manera pudimos adaptar los procesos internos para la sanción de las normas y mantener la actividad parlamentaria.
Adecuamos la forma de presentar proyectos, de reunirnos para el trabajo de comisión, de sesionar y así con todo el trabajo que cada proyecto involucra. El Ministerio de Salud de la Ciudad nos asesoró para minimizar los riesgos de contagios en lo que tenía que ver con la presencialidad y sumamos herramientas tecnológicas que nos permitieron hacer parte del trabajo de forma remota.
La Legislatura implementó la capacitación en Ley Micaela. También una medida impulsada por Ud. en plena pandemia. ¿Cuáles han sido los resultados de esa capacitación, quienes participaron, que reflexión le merece?
Sabemos que para acabar con la violencia, la discriminación y la desigualdad debemos trabajar todos los días en todos los ámbitos. Por eso, ni bien asumí como vicepresidente primero de la Legislatura de la Ciudad, a finales de 2019, tomamos este tema como una de nuestras prioridades y comenzamos a diseñar la forma en que se iba a implementar la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública establecida por la “Ley Micaela”.
En acuerdo con la Universidad de Buenos Aires generamos un curso que incluía las diferentes miradas de referentes del tema de la mayor parte del arco social y político y logramos capacitar a prácticamente la totalidad del personal de la Legislatura.
Fue una acción muy importante y se suma a muchas otras que también hemos hecho desde distintos ámbitos de la Legislatura, pero nunca es suficiente para terminar con la violencia y la desigualdad. Hay que seguir trabajando.
Otra de las consecuencias de la pandemia, fue que se empezó a hablar mucho más del AMBA. ¿Qué acciones tomó durante su gestión para incluir una mirada metropolitana y porqué es importante hacerlo?
Como vos decís, el coronavirus puso de relieve lo que es un fenómeno que las ciudades vivimos hace muchísimo tiempo que es la conformación de las áreas metropolitanas. Y las distintas administraciones que compartimos este territorio común que es el Área Metropolitana Buenos Aires, compartimos desafíos que nos obligan a coordinar políticas, a cooperar. Por eso buscamos estos años impulsar el debate de ideas y acciones sobre nuestra región metropolitana.
En el marco del proceso de actualización del Plan Urbano Ambiental, en conjunto con el COPUA nos hicimos cargo de su capítulo metropolitano y generamos un proceso innovador que duró un año y que consistió en 16 reuniones temáticas con integrantes de los ejecutivos y legislativos de los municipios de la región metropolitana de Buenos Aires, además de representantes de la sociedad civil y la academia. A partir de allí pudimos construir un diagnóstico y propuestas en común, que serán las bases del debate parlamentario para la actualización del Plan Urbano Ambiental.
Con el fin de mejorar la articulación interjurisdiccional, debemos también generar coherencia y sentido metropolitano en la legislación referida a cuestiones sobre las que debería aplicarse una mirada regional. Por eso firmamos convenios con varios Concejos Deliberantes para compartir conocimientos y recursos técnicos y construir miradas comunes. Fruto de esos convenios realizamos por ejemplo un Seminario Internacional sobre Movilidad y Género junto al Concejo Deliberante de La Plata y la Fundación Metropolitana. Sus conclusiones pueden perfectamente ser utilizadas por los municipios de la región a la hora de pensar normas relacionadas a la movilidad.
La capacitación y el impulso al debate de los temas metropolitanos también fueron parte de nuestra agenda y por eso generamos varios cursos y talleres en las que participaron casi dos mil personas. Uno muy interesante fue el primer Taller Metropolitano, realizado junto a la Sociedad Central de Arquitectos y los Concejos Deliberantes de Vicente López y Tigre, que más allá de los módulos formativos, plantea el desarrollo de propuestas para el corredor norte del AMBA.
Otro fue un seminario de amplia participación cuyas ponencias retomamos en una publicación que pronto saldrá a la luz y que junto a nuevos aportes completan un diagnóstico sobre la región y los avances en materia de cooperación y coordinación.
Repensar de qué manera se gestiona la región metropolitana de Buenos Aires, donde habitan al menos unos dieciséis millones de argentinos, es para mí uno de los grandes desafíos.
Ud. termina este año su mandato como legislador y al frente de esta casa, cual es su balance?. Cada Vicepresidente deja una impronta, cuáles cree que fueron los principales aportes o legado en su gestión?
Yo no hablaría de impronta ni de legado. Nos tocó gestionar estos años tan complejos con el objetivo de mantener en funcionamiento esta institución fundamental de la democracia republicana que es el Poder Legislativo de la Ciudad. Y gracias a la vocación y la responsabilidad de los diputados y diputadas de todas las fuerzas políticas y sobre todo al enorme esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras de la casa, lo hemos logrado.
A ellos va mi mayor agradecimiento.